La señora que está en la recepción en las mañanas es muy amable, además habla un perfecto alemán. La señora de la reserva no fue precisa con mi pedido de check-out late, acordamos un precio, el 50% de la tarifa, ella tenía una tarifa superior a la que yo pagué. Ella se percató de eso pues fui bien claro al escribirle que aceptaba pagar los 20 dólares americanos, pero no tuvo la buena voluntad de aclárame que ella quería el 50 % de una tarifa más alta, y quizá por desidia o por cobrarme más, y solo me percaté cuando llegué al hotel. Si esta señora hubiese sido honesta y aclaraba antes de mi llegada, no me hubiese hospedado en el Hotel Crillón, porque Mendoza tiene una gran variedad de buenos hoteles para elegir. Con su proceder derriba lo bueno que puede ser este hotel.