No es merecedor de un 5 estrellas. La decoración muy bonita y el hotel está limpio, pero ahí termina lo bueno. El check-in fue lento porque solo había una persona en pleno puente de diciembre. El parking "cerca de las instalaciones" está en realidad a 500m, mejor que no se te olvide nada en el coche o tienes que andar 1km para recogerlo. Uno de los motivos por el que elegimos este hotel era que tenía piscina y así tener algo que hacer si hacía mal tiempo. Cuando preguntamos por la piscina, resulta que es de pago! Y no había mención de ello en la web. Encima no era barato: para 2 adultos y 2 niños, 60€ y limitados a 1h!
Al dia siguiente, salimos por la mañana y volvimos a descansar después de comer, pero a las 16h no habían hecho aún la habitación. Os recuerdo que se supone que es un hotel de 5 estrellas.
El desayuno merece un apartado por si solo. Esperamos 25 minutos para sentarnos. Luego otros 25 hasta que trajeron lo que pedimos. Mientras tanto tuvimos que pedir y esperar a que repusieran el zumo, la leche, el pan y el bacon. Ni en un 3 estrellas de playa en temporada alta ocurre esto.
Por último, detalles que marcan la diferencia: el bote con los caramelos de la entrada se acabó el primer dia y tardaron 3 dias en rellenarlo.
Desde luego que no volveré a este hotel y evitaré la marca Radisson en el futuro.