Nuestra estancia fue de 3 noches.
El estado de la pensión es de completa dejadez.
Desde las zonas comunes hasta las habitaciones.
Es un edificio de madera, por lo que cruje cada paso o movimiento y no está insonorizado.
Sin duda alguna, lo peor fue la limpieza. En las zonas comunes había tuberías corroídas, la madera en mal estado y agrietada, suciedad, humedad, etc.
En la habitación todas las paredes estaban sucias, el baño tenía un plato de ducha con cortina blanca, que en la parte baja era completamente negra por el moho y la suciedad. Las sábanas estaban sucias (manchas amarillas y de algo que parecía maquillaje y pintalabios rojo) y tenían agujeros (como si se hubiesen quemado con un cigarro).
Tuvimos que pedir toallas, porque no nos las cambiaron.
Sin comentar que era una tercera planta sin ascensor.
Lo único bueno que encontramos fue la ubicación y el aparcamiento.
Nosotros no volveremos.